MADRID, 14 Mayo
La inducción al parto voluntaria es una de las prácticas más cuestionadas en la ginecología moderna. No sólo por los defensores del llamado parto natural, que abogan por no poner ningún medio para facilitar que una mujer de a luz, sino también por la propia especialidad.
La polémica se basa, sobre todo, en una mala indicación de esta práctica que, se sospecha, no solo se utiliza cuando está médicamente recomendada, sino también cuando conviene por otros motivos, como fijar una fecha de nacimiento determinada, que no coincida con la ausencia del ginecólogo o del padre, por poner solo algunos ejemplos.
Fuente: El Mundo
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/05/14/noticias/1336991351.html