La fatiga crónica es un cansancio extremo y continuo que no es producido directamente por otras enfermedades. Es una patología extraña de las que se desconoce su causa, los especialistas la atribuyen a distintos tipos de virus, aunque no se ha conseguido especificar cuál es el verdaderamente el que lo causa.
Otra de las teorías es que se debe a una respuesta defectuosa del sistema inmunológico que causa inflamación en el sistema nervioso. Suele ocurrir en mujeres de entre 30 y 50 años, aunque también puede afectar a los adolescentes. Los jóvenes que lo padecen sufren, como en el caso de los adultos, un deterioro cognoscitivo que les impida estudiar, concentrarse, hacer deporte…en definitiva hacer cosas propias de adolescentes. Son muchos los adolescentes que se sienten frustrados al desmoronarse sus planes de futuro por una enfermedad de la que todavía no se conoce la cura.
Síntomas de la fatiga crónica
Los síntomas de la fatiga crónica son similares a los de la gripe y otras enfermedades más comunes. Pueden consistir en dolores musculares, dolor de cabeza y fatiga. La diferencia está en que la fatiga crónica puede llegar a ser perpetua, para toda la vida, y no existe un medicamento concreto para tratarla.
Un cansancio extremo, nuevo, que no se alivia con el sueño y que dura hasta 6 meses son los primeros síntomas de esta enfermedad que inhabilitará a la personas a participar en actividades que requieran demasiado esfuerzo físico o mental.
Falta de memoria, problemas para concentrarse, confusión, dolor articular pero sin hinchazón ni enrojecimiento, irritabilidad y fiebre leve (38.3° C) o menos son otros de los síntomas habituales.
Tratamiento de la fatiga crónica
En la actualidad, no existe cura para el síndrome de la fatiga crónica, por tanto el tratamiento está para aliviar los síntomas. Los medicamentos están destinados a reducir el dolor, la molestia y la fiebre, tratar la ansiedad (ansiolíticos) y tratar la depresión (antidepresivos).
Las técnicas de relajación abarcan:
– Biorretroalimnetación
– Ejercicios de respiración profunda
– Hipnosis
– Terapia con masajes
– Meditación
– Técnicas de relajación muscular
– Yoga
Además, los especialistas recomiendan a los pacientes que planifiquen sus días equiparando el tiempo de ejercicio y actividad al de sueño o descanso y comiendo saludablemente.
También es bueno dividir las tareas grandes en tareas menores y más manejables y repartir las tareas de mayor desafío a lo largo de la semana. Las técnicas de relajación y reducción del estrés pueden ayudarle a manejar el dolor crónico y la fatiga. Sin embargo, no se usan como tratamiento principal para el síndrome de fatiga crónica.
Ana Vázquez Recio
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