MADRID, 20 Abril
«Yo estoy aquí por mi hija, tengo que alimentarla, pero no me gusta nada, esto no es vida». «Monté un negocio en mi país y fue mal, tengo una deuda de 20.000 euros y tengo que pagarla como sea». «Estuve un año y medio limpiando en casas, pero no podía mantener así a mi hija».
Son muchas las razones por las que mujeres de distintas nacionalidades empiezan a prostituirse. Con la crisis, muchas de ellas ven aplazados sus planes de dejar esa situación. Por eso, Cáritas Burgos impulsa una campaña para sensibilizar quien alimenta la industria de la explotación sexual, bajo el lema «En el infierno de la prostitución, no compras sexo, compras vidas».
Fuente: lainformacion.com