MADRID, 17 Abril
La tasa anual de mortalidad infantil se ha reducido en 4 millones desde 1990 gracias a una serie de factores clave entre los que destaca la ayuda al desarrollo, que han contribuido a crear notables mejoras en el bienestar y la supervivencia infantil, según un nuevo informe de Save the Children.
La investigación, llevada a cabo por el ‘Overseas Development Institute’, estima que 56 millones más de niños y niñas se matricularon en la escuela entre 1999 y 2009 y 131 países ya cuentan con más del 90 por ciento de cobertura en vacunas para la difteria, el tétanos y las principales enfermedades infantiles, como el sarampión, en comparación con los 63 países de 1990.
Otros factores clave que impulsan estas mejoras son el compromiso y el liderazgo de los gobiernos nacionales, la inversión social y el crecimiento económico, los programas bien planificados que se dirigen a los grupos más marginados, la tecnología y la información. El informe pone de manifiesto que la ayuda al desarrollo funciona mejor en coordinación con estos factores, pero también puede llenar vacíos cuando alguno de los factores falla.
El texto añade que los países subsaharianos de África, que han recibido la mayor parte de la ayuda durante la última década, han logrado los mayores avances en la mejora de las vidas de los niños y niñas, presentando una tasa de mortalidad más reducida que la media de los países que menos ayuda han recibido.
La responsable de Programas Internacionales de Save the Children, Lucía Losoviz, ha afirmado que este informe «demuestra claramente el impacto positivo de la ayuda bien dirigida, que se alinea con las estrategias de los gobiernos nacionales». En este sentido, ha señalado que «millones de niños y niñas están sobreviviendo a su quinto cumpleaños gracias a la ayuda, el crecimiento económico y buenas políticas».
«Cuando se dan lagunas en la financiación, por ejemplo para la educación primaria o la salud infantil, la ayuda al desarrollo puede marcar la diferencia» ha apostillado. Sin embargo, el informe también muestra los retos existentes, ya que «se ha avanzado de forma especialmente lenta en los países afectados por conflictos y la desigualdad sigue siendo un constante».
En concreto, la mortalidad infantil global sigue siendo elevada –7,6 millones de niños y niñas menores de cinco años murieron en 2010– y aunque el número está descendiendo, aún hay 171 millones de niños y niñas con retraso en su crecimiento en todo el mundo. «La crisis económica y los recortes a los fondos ponen en riesgo el avance en el trabajo contra el VIH/SIDA y la desnutrición», ha sentenciado.
Por ello, Save the Children ha lamentado los «drásticos» recortes que el Gobierno de España ha hecho en materia de Cooperación para el Desarrollo y pide «un gran esfuerzo estratégico para que la cooperación española contribuya de manera eficaz a salvar y a mejorar las vidas de millones de niños y niñas en todo el mundo». En este punto, ha concluido que «el próximo Plan Director de la Cooperación debe hacer una apuesta por priorizar la infancia».