MADRID, 16 Abril
Gracias a la detección precoz de la sordera y la tecnología actual (implantes, audífonos y sistemas FM), muchos niños sordos ya no tienen porqué limitarse a un solo idioma oral, pues a su lengua materna pueden sumar el inglés o cualquier otro.
La clave está en la motivación y la oportunidad de utilizar el segundo idioma en un contexto lúdico y familiar.
Estas son las premisas en las que se basa un programa puesto en marcha por Dale Sindell, una profesional que padece una pérdida auditiva profunda y es madre de un niño con hipoacusia.
Fuente: lainformacion.com