Hay dos formas de entender la publicidad en la pequeña pantalla, siempre con el legítimo objetivo del beneficio propio: la que busca el impacto sobre el instinto consumista, en ocasiones relacionado con el lujo, la belleza, el escándalo o el sexo, entre otras motivaciones; y la que busca el impacto en relación a los valores, la calidad o la tradición por encima incluso de los índices de audiencia.
Fuente: Forum Libertas
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