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Cuando los hijos se emancipan

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A partir de una determinada edad, los hijos ya piensan en dejar el hogar paterno para tener el suyo propio. Tendrá que mantenerse con sus recursos y eso implica que deberá funcionar de forma autónoma, para lo que necesita cierta madurez.

Si deciden emanciparse, ¿cuál debería ser la mejor postura de los padres frente a esta decisión de sus hijos?

Independizarse implica «despegarse» de la familia, tanto económica como afectivamente, con todos los derechos y obligaciones que esto conlleva. La decisión no es fácil, pero padres e hijos deben ser conscientes de lo positivo y negativo que supone dicho proceso.

Actitud de los padres cuando los hijos se emancipan

Si vuestro hijo decide irse de casa, creáis o no que es el mejor momento, no es nada recomendable sermonearle hasta cansarle de tanto escucharos. Los padres no podemos dar la murga a estas alturas, ya que se podría estropear la relación con el hijo a causa de nuestras constantes monsergas. La decisión de irse es suya y no debemos interferir.

Los padres deben acompañar, pero no decidir por ellos, eso lleva a una falta de carácter que no beneficia en nada al hijo a la hora de emanciparse. Se vuelven inseguros y no son capaces de tomar su propia iniciativa.

Por lo tanto, es recomendable que los padres adoptéis una postura de apoyo al hijo, pero no coaccionar ni opinar sobre lo que tiene que hacer. Ahora estamos en otro plano y no somos protagonistas, en consecuencia, hay que dejarle decidir y no tener miedo a que le pase algo.

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Emanciparse: ¿tendrá la madurez suficiente?

Los padres sabéis muy bien si vuestro hijo cuenta con la madurez necesaria para irse de casa. Y ésta puede verse en su forma de actuar y de pensar. Hoy en día, la cuestión emocional es importante, más si tenemos en cuenta que la adolescencia de los chicos y chicas se ha retrasado, respecto a épocas pasadas.

Además, es bueno considerar que el hecho de tener una carrera universitaria no aporta por sí sólo madurez. Así, al entablar conversaciones con los hijos, si comprobáis que tiene un criterio adecuado en sus juicios, es otro pilar de apoyo para dilucidar cómo afrontará su nueva etapa de independencia. Asimismo, la responsabilidad o saber asumir lo que toca según su edad, es otro requisito importante.

Qué ayuda a los hijos cuando se emancipan

– Hablar con él con regularidad y no dejar de avisarle para los planes familiares o para que venga a comer a casa. Pero nada de invitaciones formales, que vaya a casa con total normalidad, incluso que se invite él de vez en cuando.

Quedar con el hijo de vez en cuando para charlar y tomar algo, así nos cuenta cómo le va en su nuevo hogar. Si es oportuno, se puede dar algún consejo de vez en cuando.

 Ayudarle a planificar los gastos o a comprar cosas para la casa, de esta forma se verá apoyado por sus padres en la decisión de independizarse.

Qué no ayuda a los hijos cuando se emancipan

Mostrarse como padres perfectos, que todo lo superaron. Es mejor ponerse a su altura que quedar por encima del hijo.

– Pagarle las cuentas que debería asumir él. Nada de jugar a medias: si se independiza, es con todas sus consecuencias.

– No permitir que se instale en casa para comer y ahorrarse ese gasto cuando ya haya accedido a su primera vivienda, o que traiga la ropa para que se la lavemos.

– Ser machacones con los consejos y recurrir a frases tajantes. Si algo de lo que le hemos advertido sale mal, callarse antes que soltar frases del tipo: «Ya te dije que esto iba a pasar» o «Es que nunca nos haces caso», etc.

Consejos para afrontar la emancipación de los hijos

– El independizarse no debe ser una salida a una situación problemática en el hogar. Hay que plantearlo como algo beneficioso, tanto para hijos como para padres.

– Los padres os debéis quedar tranquilos si veis a vuestro hijo suficientemente maduro como para llevar a cabo este paso.

– Tan problemático resulta afrontar el síndrome del nido lleno, cuando parece que los jóvenes no se van nunca de casa, como el síndrome del nido vacío, cuando ya se han ido todos.

– Los padres no debéis tener miedo a la emancipación del hijo por las incertidumbres que se vislumbran en el futuro. Así, sólo se consigue frenar la independencia.

Para poder hablar de una verdadera emancipación, el joven debe contar con una cantidad de dinero suficiente para vivir de forma autónoma y no depender de los padres para determinados gastos.

– Que un hijo abandone el hogar para tener el suyo propio no quiere decir que el papel de los padres haya perdido su importancia: los vínculos familiares deben mantenerse con visitas, llamadas telefónicas periódicas, etc.

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