Las entrevistas de trabajo resultan determinantes a la hora de aspirar a un empleo. Es normal que nos produzcan nerviosismo y temor a meter la pata. Pero con un poco de preparación previa, este escollo se puede salvar y además, ayudará a que nuestro entrevistador vea en nosotros al candidato perfecto.
La entrevista de trabajo: cómo prepararte bien
Lo mejor será que acudas a la entrevista bien puntual: ni mucho antes, ni con un retraso superior a 5 minutos. Lo ideal es presentarse dos minutos antes. Antes de entrar en el despacho del entrevistador, acuérdate de algo muy importante: silencia el móvil. Evitarás interrupciones molestas para la persona que está contigo.
Mientras transcurre la entrevista, tendrás que mantenerte relajado y poner mucho cuidado en no decir nada que pueda jugar en tu contra: enjuiciar a alguien, mostrarte radical en algún tema, mostrar tu indignación o molestarte por alguna palabra, etc.
Tu actitud debe ser lo más serena posible, pero lo importante es que te comportes tal como eres, sin falsedades.
El entrevistador valorará mucho que manifiestes confianza en ti mismo y en el trabajo que puedes realizar. No se trata de adoptar una actitud triunfalista, sino de seguridad en el propio esfuerzo que harás en un futuro.
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Es posible que él te pregunte algo sobre tu curriculum. En tal caso, estaría bien que tú hayas traído tu propia copia para consultar un dato y explicárselo más detenidamente. O eso, o acordarte, pero nunca arrancarle a él el suyo de las manos.
Cómo venderte en una entrevista de trabajo
Es probable que te propongan que hagas un pequeño autoanálisis, diciendo tus principales virtudes y defectos. Te vendrá bien haber preparado de antemano esta pregunta, para contestar de forma inteligente. En cualquier caso, no digas nunca que no tienes defectos, pero tampoco te condenes describiéndolos. Y ojo: no es bueno hablar demasiado pero tampoco debes emplear monosílabos.
El entrevistador quiere saber el contenido de lo que expones, pero también cómo lo cuentas: si le miras a los ojos, si te vas por las ramas, si piensas mucho antes de contestar… desea catalogarte de la forma más objetiva posible, y para ello necesita que tú seas muy natural y te esfuerces en colaborar, mostrando lo mejor de ti mismo.
Por último, olvida los sueños de grandeza, sobre todo si buscas tu primer empleo, pero tampoco seas excesivamente humilde, porque el entrevistador pensará que te falta autoestima.
Lo que siempre y nunca debes preguntar en una entrevista de trabajo
Siempre
– Un par de preguntas «inteligentes» sobre la empresa para demostrar que te has interesado por saber de ellos y que te atrae el trabajo.
– Preguntar sobre el contenido concreto del trabajo es tan útil para ti como grato para el que te entrevista.
– Pregunta sobre lo que se espera de ti.
– Consulta con tu entrevistador las posibilidades de promoción que tienes en la compañía. A los empresarios les interesa la gente que quiere promocionarse dentro y no sólo aprender para después irse a los 2 ó 3 años.
Nunca
No te cortes a la hora de preguntar sobre aquello que dudas, pero hazlo siempre con tacto y diplomacia. Recuerda que tienes que mostrarte siempre flexible y dispuesto a adaptarte a lo que el entrevistador te proponga.
– No digas nunca «¿Qué horario tendría?» sino «estoy dando clases de inglés de 6 a 8 ¿Cree que podría compatibilizar el horario?» y, en cualquier caso, dando siempre la sensación de que renunciarías a las clases si fuera necesario.
– Si te decides a hablar de sueldo, mejor será hacerlo al final, sin timidez y asegurándote antes si el entrevistador es la persona adecuada para hablar sobre el tema.
– Sobre las vacaciones, es mejor que preguntes con discreción: «me gustaría saber si la empresa tiene alguna política de cierre durante una fecha o si las vacaciones se pueden elegir».
Claves para tener éxito en una entrevista de trabajo
– Mira al entrevistador a la cara. Esta actitud demuestra honestidad, seguridad y confianza en uno mismo y si estás nervioso, cruza las piernas y entrelaza las manos sobre ellas.
– No tutees nunca al entrevistador, a menos que él te lo pida.
– Sé muy sincero en tus respuestas respecto al curriculum y anteriores trabajos. Recuerda que cada vez se piden más referencias y que el entrevistador sabe perfectamente descubrir pequeñas mentiras.
– No te precipites al contestar. Mejor que dediques unos escasos segundos al silencio antes de responder, pues te ayudará a no meter la pata y a dar una imagen de persona madura y reflexiva.
– Manifiesta confianza en ti mismo y en tu esfuerzo y no te niegues de entrada a hacer lo que te piden. Las cosas no son nunca tan difíciles como parecen.
– Si te ponen a prueba con preguntas u observaciones cortantes como «De su anterior empleo, ¿le echaron por inútil?» no debes olvidar que se trata tan sólo de una prueba que debes superar sin dejarte apabullar ni manifestar irritación.
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