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Listeriosis y toxoplasmosis en el embarazo

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La listeriosis y la toxoplasmosis son infecciones de origen alimentario que las embarazadas deben evitar por todos los medios. Aunque padecerlas es poco frecuente, estas pueden desencadenar consecuencias muy graves para la salud de la madre o del bebé. Para evitar contraerlas, debes prestar especial atención a tu higiene alimentaria.

La listeriosis y la toxoplasmosis son patologías que podemos padecer sin enterarnos y, por lo tanto, desconocer si somos inmunes o no frente a ellas.

¿Cómo se contraen la listeriosis y la toxoplasmosis?

La mayoría de las personas no corren ningún riesgo si se contagian de estas dos enfermedades, en el caso de las embarazadas y los recién nacidos, ocurre lo contrario. La listeriosis se contrae mediante una bacteria que puede encontrarse en diversos alimentos. Mientras que, la toxoplasmosis es causada por un parásito que se multiplica en el intestino de los gatos y se elimina en la materia fecal de estos. Se trasmiten al consumir carne cruda o poco cocinada, ya previamente contaminada, y por el contacto con gatos.

Síntomas de la listeriosis y la toxoplasmosis

Síntomas de listeriosis y toxoplasmosis

Los síntomas son similares a los de la gripe presentando diarrea y dolor de estómago. Las consecuencias que llevan consigo estas enfermedades son innumerables: presentar el bebé una microcefalia, es decir, tener la cabeza más pequeña de lo normal, calcificaciones intracraneales, cataratas, desencadenar un parto prematuro, aborto, parto de feto muerto o graves secuelas neurológicas. Aun así, tanto durante como después del parto podemos hacer frente a la listeriosis y la toxoplasmosis mediante fármacos especializados.

Consejos para prevenir la listeriosis y la toxoplasmosis

Vigila las fechas de caducidad en los alimentos.

Limpia con frecuencia la nevera y mantenla a una temperatura menor a los 4 ºC.

Lávate las manos con agua caliente y jabón después de manipular alimentos frescos. Si prácticas la jardinería o tienes plantas en casa procura usar siempre guantes.

Cocinar muy bien todos los alimentos. Pon especial atención a las carnes, mariscos y pescados.

– Evita pescados y mariscos ahumados. Como por ejemplo, el salmón, trucha, bacalao, atún o caballa.

– Evita los derivados cárnicos. Estos son las salchichas, patés, fiambres y embutidos.

– Evita el queso blanco (Brie o Camembert) y los de pasta enmohecida o con vetas azules (Roquefort o Cabrales). Por el contrario, es recomendable comer quesos duros como son el Cheddar o la Mozzarella, y los quesos pasteurizados para untar, quesos cremosos, requesón o yogur.

No tomes leche que no esté pasteurizada ni derivados.

Si tienes gato, encarga su cuidado en los meses del embarazo a otra persona (aquí podrás encontrar más información sobre animales y embarazo).

Listeriosis y toxoplasmosis: a tener en cuenta…

– Si tienes plantas en casa o te gusta la jardinería, procura usar guantes para trabajar en el jardín y lavarte bien las manos al terminar.

– Ojo si en casa hay hermanitos pequeños y suelen jugar en areneros. Los gatos suelen utilizarlos. Lava bien las manos del niño y las tuyas al volver del parque.

– Para tomar ensaladas con seguridad, recuerda que debes lavar cuidadosamente todos sus ingredientes.

– Recuerda que en el embarazo los cambios hormonales producen un efecto sobre el sistema inmunológico de la madre que la hacen más susceptible a las enfermedades.

– Ojo con las cucarachas, pues pueden trasmitirle a la comida tierra o materia fecal de gato contaminada.

Evita frotarte los ojos o la cara al preparar comida. Lo más importante para no infectarte es la higiene: lavar meticulosamente las frutas y verduras, las tablas de cortar, la vajilla, los utensilios utilizados, los recipientes para guardarlos, etc., con el objetivo de eliminar cualquier bacteria que contamine los alimentos.

May Notario
Asesoramiento: Dr. Pedro de León Molinari. Director de la Clínica Asistencia Integral de Pediatría.

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