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8 antídotos frente a la falta de ilusión

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La ilusión es una sensación positiva, un sentimiento de alegría y satisfacción que nos acompaña y nos ayuda a perseguir los sueños. La ilusión es esa sensación que nos hace unir todas nuestras fuerzas para perseguir un objetivo, para avanzar cada día. Pero, en determinados momentos algunas personas experimentan una falta de ilusión.

Cuando todo te da igual y no encuentras motivos o fuerzas para perseguir tus sueños, para llevar a cabo tu día a día, cuando aparece la falta de ilusión todo se vuelve cuesta arriba y seguir avanzando puede ser todo un desafío. Sin embargo, es posible vencer la apatía y devolver la ilusión.

La ilusión, una mezcla de alegría y satisfacción

¿Qué es la ilusión? Seguramente todos sabemos lo que es la ilusión, pero definirlo no es tan fácil como parece. La ilusión está unida a la emoción a un estado emocional positivo. La palabra ilusión viene del termino latino ilusionis y significa engaño. La ilusión es un engaño porque supone creer en lo que no vemos, creer en lo que todavía no tenemos, y juntas nuestras fuerzas e incluso emocionarnos de manera positiva con ello.

La ilusión es una mezcla de alegría y satisfacción, la ilusión nos hace sentir bien y nos motiva, la ilusión aunque sea causada por un solo objeto o motivo inunda toda nuestra vida y se convierte en una actitud que nos acompaña en nuestro día a día. La ilusión puede aparecer por una relación de pareja, por un nuevo trabajo, por cumplir un sueño, por comprarnos una casa, por ganar un premio, etc… da igual el origen de esta sensación lo importante es que se extiende a todo lo que nos rodea. La ilusión nos llena de energía y nos hace abordar nuestro día a día con entusiasmo.

El papel de la ilusión en nuestro bienestar

El papel de la ilusión en nuestro bienestar

Las ilusiones son esenciales para las personas, desde la infancia aprendemos a ilusionarnos, construimos nuestros proyectos y creemos en ellos. De este modo la ilusión se convierte en esa fuerza necesaria que nos hace perseguir nuestras metas, que nos ayuda a cumplir nuestros objetivos, aunque tengamos que esforzarnos o aunque no lo logremos a la primera. Pero la ilusión es mucho más que eso se convierte en una capacidad, en un motor, que nos empuja y nos hace sentirnos bien. Lo más importante de la meta no es conseguirla, sino el camino recorrido, y ese camino solo es posible gracias a una compañera la ilusión. 

La ilusión no se consigue con elementos externos a nuestra vida, puesto que lo más habitual es que estemos marcados por numerosos condicionantes que no podemos cambiar. La manera de desarrollarla es liberarse de esos aspectos que nos oprimen. Como explica C. Terry Warner en Ataduras que liberan (Palabra, 2016), la clave está en evitar el victimismo para apostar decididamente por la coherencia de vida. 

La falta de ilusión genera apatía

Pero, a veces, aparece una falta de ilusión. El motor que nos mueve que nos hace viajar, se apaga y aparece la apatía inundándolo todo. En esos momentos todo nos da igual, nada nos motiva. La falta de ilusión puede aparecer de dos formas:

1.   Una falta de ilusión transitoria, ocurrida tras alguna decepción: una ruptura, un fracaso, un hecho negativo, muerte de un ser querido, despido, etc. En estos casos la desilusión es una respuesta normal e incluso necesaria para que se produzca el reajuste psicológico necesario ante la pérdida.

2.   Una falta de ilusión crónica. Ésta hace referencia a la falta de ilusión que forma parte del carácter y que aparece como una actitud ante la vida, esta falta de ilusión afecta negativamente en nuestras vidas, ya que nos impide lograr metas y al no lograrlas se retroalimenta la falta de ilusión, quedando condenados a un malestar y apatía constante. En estos casos es muy importante cambiar nuestra actitud, e incluso contactar con un especialista que nos pueda ayudar.

¿Qué ocurre cuando tenemos falta de ilusión?

La falta de ilusión tiene secuelas negativas en la vida de las personas:

–   Falta de interés y motivación. Lo que conlleva el fracaso en todo lo que nos propongamos.

–   Abandono de metas y objetivos.

–   Tristeza y depresión. Sensación de vacío y de insatisfacción crónica.

–   Mal humor.

–   Desgana y aburrimiento.

–   Puede afectar a los estudios, trabajo y relaciones personales.

8 antídotos frente la falta de ilusión ¿Cómo recuperar la ilusión?

1.   Analiza tu vida, y sé realmente sincero contigo mismo. ¿Por qué no tienes ilusión? ¿Haces lo que realmente te llena? ¿Qué es lo que te gustaría?

2.   Acércate poco a poco hacía lo que te gustaría. No se trata de cambiar tu vida por completo, o tal vez sí. Pero puedes hacer pequeños cambios, buscar pequeños retos, pequeñas ilusiones.

3.   Renueva tus ilusiones cada día. Para ello busca cosas que te hagan ilusión, valen las pequeñas cosas. Anota tus ilusiones, imagínatelas, cierra los ojos y deja sentir esa sensación agradable (a veces el miedo a la decepción nos paraliza las emociones agradables), elabora un plan para acercarte cada día un poco más a tus ilusiones.

4.   No temas fracasar, piensa que es lo peor que puede pasar si fracaso.

5.   Valora tus logros y tu esfuerzo y pídeles a los que te rodean que te ayuden en este sentido que valoren tus pequeños logros.

6.   Plantéate ilusiones basadas en metas asequibles, pero que te motiven.

7.   Tomate los fracasos con sentido del humor e intenta aprender de ellos.

8.   Cuida tu autoestima y no la bases en lograr o no tus ilusiones.

Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga clínica sanitaria. Especialista en pedagogía y psicología infantojuvenil. Directora de Educa y Aprende.  Autora de la colección Estimular los Procesos de lectura y escritura.

Más información: Ataduras que liberan. Una guía para transformar nuestras relaciones y descubrir el verdadero yo. Autora C Terry Warner, Ediciones Palabra

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